Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://zoevrbm326199.howeweb.com/39239063/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane